Según la Confederación de la Salud Mental en España, 1 de cada 4 personas tiene o tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida. Por lo que es muy importante abordar este asunto desde todos los ámbitos, en nuestro caso, desde la perspectiva de la salud bucodental. Nos centraremos en las dolencias de salud mental más comunes como son; la depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, alzhéimer, trastorno bipolar y esquizofrenia.
La relación entre la salud mental y la salud dental es bidireccional y compleja. Hay una serie de factores que vinculan estos dos aspectos del bienestar humano. Vamos a destacar algunas de las relaciones más importantes.
El 6,7% de la población de España está afectada por depresión, y llama la atención el hecho de que es el doble en el caso de las mujeres (9,2%) frente a los hombres (4%).
La depresión a menudo se asocia con el aislamiento social y una disminución en el autocuidado. Las personas deprimidas pueden descuidar su higiene oral, olvidar cepillarse los dientes regularmente o no preocuparse por su salud bucal en general.
Así mismo, estas personas suelen derivar su dieta a un mayor consumo de productos ricos en azúcares añadidos, lo que propicia la aparición de caries dentales.
El estrés y la ansiedad pueden contribuir a problemas de salud mental, como depresión y trastornos de ansiedad.
Estos trastornos pueden manifestarse a través de hábitos perjudiciales para la salud dental, como apretar los dientes o morderse las uñas. Además, el estrés puede afectar negativamente la higiene bucal. Lo más común suelen ser aparición de caries dentales y rechinamiento o trastorno de la ATM (articulación temporomandibular).
Al igual que con la depresión, el 6,7% de la población española sufre de ansiedad, siendo el doble de afectadas las mujeres.
Los trastornos alimentarios, como la bulimia nerviosa o la anorexia, pueden tener un impacto significativo en la salud mental.
Los vómitos frecuentes asociados con la bulimia pueden provocar problemas dentales, como la erosión del esmalte debido a la exposición repetida al ácido gástrico.
En casos graves de anorexia, se puede llegar a padecer osteoporosis, lo que tiene como consecuencia que los huesos se debilitan, el maxilar sufre de movilidad dental produciendo así la caída de las piezas dentales.
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España actualmente unas 800.000 personas padecen Alzheimer, la demencia neurodegenerativa más común.
Estas personas descuidan su higiene y cuidado dental de una manera incluso más grave, pues simplemente olvidan hacerlo. Esta es la consecuencia más obvia y que como en todos los demás casos, conlleva a caries y problemas bucales varios.
La relación entre el alzhéimer y la salud dental es bidireccional, ya que, según una reciente investigación publicada en la revista “Journal of the American Geriatrics Society” indica que las personas que no se cepillen diariamente los dientes tienen entre un 22% y un 65% más de probabilidad de desarrollar enfermedades asociadas con la demencia senil o alzhéimer.
Cerca de 1 millón de personas sufren de esquizofrenia y otros tantos de trastorno bipolar en España.
Más de la mitad de las personas afectadas por esquizofrenia padecen de sequedad de la boca, pérdida de dientes y caries en estado grave y avanzado. Así mismo, la sequedad de la boca es un efecto secundario de antipsicóticos que consumen este tipo de pacientes para tratar médicamente su enfermedad.
En el caso de las personas afectadas con trastorno bipolar, tenemos que hablar de las fases opuestas en los que se pueden encontrar: la fase de depresión y la fase de manía.
En la fase de depresión ya lo hemos descrito en los párrafos correspondientes a los enfermos con depresión, es el mismo cuadro. En la fase de manía es el caso opuesto a la depresión, es decir, es posible que ahora la preocupación por los dientes sea exagerada, lo que lleva al paciente a cepillarse los dientes de manera continua, provocando problemas tales como la abrasión dental.
En definitiva, la salud mental y la salud dental están interconectadas y se influyen mutuamente. El cuidado integral de la salud debe abordar ambos aspectos para garantizar un bienestar general. Además, es importante que los profesionales de la salud, como psicólogos y dentistas, trabajen de manera colaborativa para abordar las necesidades de los pacientes de manera integral.
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